Ir a Terapia. ¿Por qué ir? ¿Durante cuánto tiempo? ¿Con quién?
Bienvenido. Si estas leyendo esta entrada de blog, entiendo que estás pensando en empezar una terapia. Quizás has estado buscando lo que te ocurre en Google, o un amigo te haya dicho de ir. Vamos a ver si puedo ayudarte a tomar esa decisión.
¿Cuándo ir a terapia?
La respuesta más sencilla es: cuando lo necesites. Muchas personas asocian ir a terapia con tener trastornos mentales graves, pero nada más lejos de la verdad. La terapia puede beneficiar a todo el mundo.
No hay un “baremo de gravedad” para ir o no a terapia. Si algo te preocupa, o quieres explorar algo de tu forma de sentir o relacionarte, la terapia es el sitio adecuado. Lo único que realmente se requiere es ganas de querer cambiar algo en tu vida y tu compromiso a comprometerte con ello.
Ni siquiera tiene porque ser cambiar algo que va mal. Puedes querer mejorar o revisar que sucede dentro de ti o de cómo te relacionas para ser más feliz, lo que llamamos “crecimiento personal”.
La terapia es un proceso de revisarse y enfrentarse a uno mismo, con la ventaja de hacerlo acompañado por alguien que quiere estar ahí para ti. Eso es todo lo que hace falta. Si estas dudando, pruébalo un tiempo y juzga si te compensa o no.
¿Cuánto tiempo puede durar una terapia?
Esta es una pregunta que no se puede responder con total honestidad. Lo cierto es que depende de tantas cosas, que dar una cifra exacta es una mentira como una catedral (salvo que estemos hablando de cosas superficiales). Creo que un buen terapeuta respondería algo así como: Tantas como necesites, y ni una más de las necesarias. ¿pero cuantas sesiones son esas?
Yo no creo que en las terapias milagro que ofrecen resultados en pocas sesiones. Si funcionan, suele ser centrándose en cosas superficiales, sin rascar lo verdaderamente profundo. Seamos más ambiciosos. Creo que nuestro deber es ofrecer la posibilidad de profundizar de verdad, llegar al meollo del problema y deshacerlo.
Esto llevará más tiempo, pero también dará resultados más duraderos.
Como regla general, si quieres empezar una terapia, te recomendaría no tener en mente la presión del tiempo. En mi experiencia, a más prisa te metas, más lento sentirás avances.
Como elegir a tu terapeuta
Lo mejor, si puede ser, es que alguien te lo recomiende. Siempre es más fácil confiar en alguien del que tienes buenas referencias, o que sabes que ya ha ayudado a otros. Elegir en frío es más difícil. Puedes investigar su página web, para ver qué impresión te causa.
Una de las razones por la que nosotros tenemos es un blog, es precisamente para que la gente interesada pueda escuchar como hablamos y hacerse una idea de si les encaja nuestra forma de pensar, o no.
Una de las cosas más importantes para tener en cuenta es como trabaja ese terapeuta. ¿Encaja contigo, o no? Puede que te atraiga la idea de probar algo muy diferente, pero al final, tienes que confiar en que algo te puede ayudar para que lo haga.
En el proceso de elegir terapeuta es mucho más importante tu intuición que otra cosa. La relación terapéutica se basa en la confianza, es decir, en sentirte seguro y entendido por el otro, y que está ayudándote en la dirección que quieres.
No importa cuantos años de experiencia, o títulos y recomendaciones tenga el terapeuta que estas eligiendo, si no se crea ese clima, la terapia no funciona. Es más, si te sintieras criticado, juzgado, o ignorado sería más dañino que otra cosa. Lo que importa es la relación que creéis juntos, esto es lo que se ha demostrado que produce cambios en terapia.
Puede que te hayan recomendado varios terapeutas y que te den buena sensación. Aquí elegir va a ser como cuando compras ropa nueva: hay que probársela. Prueba con uno, y mira a ver si te sientes en esa confianza o no tras unas sesiones. Si no es así, háblalo con tu terapeuta para ver si podéis arreglarlo, y si no, cámbiate de terapeuta.
No vas a hacernos daño. Los terapeutas sabemos que esto puede ocurrir y queremos que te sientas en confianza mientras te ayudamos a entrar en contacto con lo que duele. Si no, sería como entrar en un quirófano con las manos sucias.
¿No podéis darme unos consejos y ya está? ¿O recomendarme un libro?
Hay mucho que los psicólogos podemos decir a modo de consejos y son fáciles de encontrar en la red. Desde videos de YouTube, a blogs, pasando por libros y audiolibros de autoayuda.
Todo esto tiene un gran valor y eso es innegable. Sin embargo, en terapia no damos consejos, porque simplemente no funcionan. Las personas llegan habiendo ya intentado muchas soluciones a sus problemas, y saben más de lo que les preocupa de lo que un psicólogo puede saber con unas sesiones. Muchas personas ya han buscado en internet que pueden hacer, pero no ha funcionado.
Nuestro trabajo no es darte la solución, sino ayudarte a encontrar la tuya. A veces, el proceso pasa por desbloquearte para poder hacer lo que necesitas. En cualquier caso, una terapia debería ayudarte a entenderte mucho mejor. Siempre me gusta decir que, para encontrar una respuesta, primero hay que encontrar las preguntas adecuadas.
¿Realmente pueden ayudarme solo hablando?
La terapia está demostrada que funciona. Cuando se da esa relación de confianza que describía (sentirte seguro, sentirte entendido, y sentir que estáis trabajando con un objetivo en común), se puede producir el cambio. Hay modelos de terapia que solo hablan, y otros proponen ejercicios. Nosotros creemos que el cambio se produce a través de la emoción, por lo que no solo vamos a hablar, vamos a ayudarte a sentir y te propondremos ejercicios para ir ayudándote.
Espero que esta entrada de blog te haya ayudado. Si tienes alguna duda más, no dudes en ponerte en contacto con nosotros y trataremos de responderla.